Mensaje a las Conferencias Episcopales, a las Comisiones Nacionales de Catequesis de Sudamérica y a la Sección de Catequesis del CELAM
01. Convocados a Bogotá por la Sección de Catequesis del Departamento de Misión y Espiritualidad del CELAM, nosotros –obispos, presbíteros, diáconos, hermanos, hermanas y laicos– responsables de la animación nacional de la catequesis de los países sudamericanos, (Argentina, Bolivia, Brasil. Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela y Uruguay), en el contexto de la celebración del bicentenario de la Independencia de nuestros países de América Latina y el Caribe, iluminados por el acontecimiento de Aparecida y comprometidos en el movimiento de la Misión Continental, luego de unos días de estudio y reflexión, compartimos con ustedes nuestras inquietudes y esperanzas en torno a la Iniciación a la Vida Cristiana y a la formación iniciática de catequistas discípulos misioneros.
Ver
En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido.
Mientras conversaban y discutían,
el mismo Jesús se acercó
y siguió caminando con ellos (Lc. 24,14-15)
02. Constatamos, en el análisis de los informes presentados por los responsables de las Comisiones Nacionales de Catequesis, un avance, gracias a la acción del Espíritu Santo, a la entrega generosa de catequistas y responsables de coordinar la catequesis y a un creciente interés por dinamizar la acción evangelizadora, en consonancia con las orientaciones del Documento Conclusivo de la Conferencia General de Aparecida. Esto queda reflejado en la importancia dada:
a) a garantizar el encuentro personal con Jesucristo y el llamado a la conversión;
b) al anuncio del kerygma;
c) a la toma de conciencia de la centralidad de la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia;
d) a la opción por iniciar a la vida cristiana, preferentemente a los adultos;
e) a la implementación de procesos de inspiración catecumenal;
f) a la catequesis permanente dirigida a la familia y la pequeña comunidad cristiana;
g) a la elaboración de orientaciones, manuales, itinerarios y abundantes subsidios para la formación de catequistas y para el desarrollo del catecumenado de adultos, jóvenes y niños.
03. También subsisten dificultades:
a) la catequesis sigue orientándose a la transmisión de contenidos y no a la experiencia de vida cristiana con la que se forma discípulos entusiasmados;
b) se presupone la existencia de un pueblo convertido porque hay expresiones de piedad popular, pero no se dan pasos para iniciar a la plena vida cristiana;
c) en algunos sectores del clero no se valora suficientemente la prioridad por los adultos y se enfatiza una catequesis doctrinal y no la iniciación a la vida cristiana;
d) aún no se da una adecuada articulación entre Biblia, catequesis y liturgia;
e) crece la indiferencia religiosa en la sociedad actual, especialmente entre los jóvenes;
f) si bien persiste la buena voluntad de los catequistas, ellos carecen de una formación sólida y de un adecuado acompañamiento;
g) algunos planes de formación propuestos para catequistas no han tomado en cuentan los criterios propuestos para la catequesis por el magisterio eclesial actual.
Iluminar – juzgar
Y comenzando por Moisés
y continuando con todos los profetas,
les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él. (Lc 24, 27)
04. Jesús está al centro de la vida (Jn 1,14). Encontrarse con Él es motivo de fiesta y compromiso. Estamos convencidos de que sigue llamando en diferentes circunstancias a todos y todas. A esta llamada corresponde, en el discípulo, una escucha con todo el ser: “bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la guardan” (Lc 11, 28). Escuchar constituye la primera forma de adorar, contemplar y adherirse al Proyecto de Dios como lo hizo María (cfr. Lc 1, 26-38; 2, 51b).
05. Al volver la mirada al Jesús histórico, descubrimos que llamó a sus discípulos para estar con Él, para compartir su vida y seguirlo en su camino. Al predicar la cercanía del Reino de Dios, utilizó una pedagogía encarnada en la realidad de su pueblo y mostró ser un comunicador eficaz: anuncia, cuestiona, promete, transmite aquello que vive. Sus palabras y obras estaban íntimamente relacionadas. Amó hasta el extremo, entregándose a Dios y a los hermanos, principalmente a los más pobres y excluidos.
06. La iniciación a la vida cristiana supone ponerse en camino con Jesús, relacionarse personalmente con él, comprender progresivamente su misterio, vivir en comunidad y prepararse para la misión. Ser discípulo misionero implica proximidad y experiencia vital. Jesús así lo declara: “vengan y vean” (Jn 1,39), “vayan y anuncien” (Mc 16,15).
07. La perícopa de Emaús es paradigmática, pues describe cómo Jesús educó gradualmente a sus discípulos en el descubrimiento del misterio de su persona, pasión, muerte y resurrección. Como discípulos misioneros estamos invitados a recorrer nuevamente el camino de Emaús junto a nuestro pueblo, escuchando sus clamores, iluminando su realidad con la Palabra y compartiendo el Pan que da Vida.
08. Para aproximarnos más a la práctica de Jesús evangelizador y formador de discípulos, la Iglesia propone hoy el retorno al catecumenado inicial de la Iglesia primitiva, con adaptaciones para el mundo actual. El proceso iniciático, apoyado en el Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA), es profundamente rico e inspirador para desarrollar itinerarios de iniciación a la vida cristiana y catequesis.
09. La metodología de la iniciación a la vida cristiana implica un proceso largo y gradual que evidencia la íntima unión entre Palabra de Dios, catequesis y liturgia:
a) está animada por la lectura asidua de la Palabra de Dios;
b) supone tiempos a ser cumplidos (precatecumenado, catecumenado, iluminación-purificación y mistagogía) y etapas a ser logradas (admisión al catecumenado, elección y preparación próxima a los sacramentos y celebración sacramental);
c) da importancia a los escrutinios que acentúan la presencia de Dios y validan el crecimiento personal;
d) utiliza ritos y símbolos que subrayan la dimensión orante y celebrativa;
e) potencia la implicación y participación de la comunidad, con todos sus ministerios, en la animación de los iniciandos;
10. Todo proceso de inspiración catecumenal se entiende hoy, a partir de Aparecida, solamente desde una Iglesia profundamente misionera que tiene como tarea primordial la formación inicial y permanente de sus discípulos misioneros.
Actuar
Y se decían:
"¿No ardía acaso nuestro corazón,
mientras nos hablaba en el camino
y nos explicaba las Escrituras?".
En ese mismo momento,
se pusieron en camino... .(Lc. 24,32-33)
11. Para llevar a la práctica estas convicciones proponemos:
a) Superar una visión de cristiandad que presupone la fe. Ello exige de nosotros un intenso anuncio kerygmático de Jesucristo, que lleve al encuentro personal con Él y a la conversión.
b) Asumir la Iniciación a la vida cristiana como la modalidad básica para educar en la fe en los diversos países de la Iglesia en América Latina y el Caribe, teniendo como destinatarios tanto a jóvenes y adultos no bautizados como a bautizados no suficientemente evangelizados.
c) Dar a la Palabra de Dios el lugar central, como fuente vital de los procesos de catequesis y de celebración de la comunidad.
d) Cultivar una sólida identidad cristiana a partir del dinamismo de la Misión Continental, mediante procesos de educación en la fe basados en los criterios de la Iniciación a la vida cristiana para que así nuestras comunidades sean misioneras.
e) Asegurar para nuestros catequistas una adecuada formación de inspiración catecumenal, elaborando itinerarios adecuados que respondan a la realidad humana y de fe que viven y garantizando en este proceso su acompañamiento personal y la animación de la comunidad.
f) Partiendo de la pedagogía de Jesús, presentar el evangelio como Buena Noticia significativa para la gente de hoy por la atención a sus experiencias y expectativas vitales, además de usar competentemente las nuevas tecnologías de la comunicación.
g) Exhortar a las Comisiones Episcopales que todavía no han elaborado el propio directorio u orientaciones nacionales para la Catequesis que inicien ese proceso.
h) Pedir a la Sección de Catequesis del CELAM que lleve a cabo la actualización del documento “Orientaciones para la Catequesis en América Latina” a la luz de Aparecida y su posterior divulgación.
12. Con María que ha estado presente entre nosotros, agradecemos al Señor la experiencia de encuentro y formación que hemos compartido. Animamos a las Conferencias Episcopales, a las Comisiones Nacionales de Catequesis de nuestros países y a la Sección de Catequesis del CELAM a seguir dando pasos para acompañar adecuadamente estos procesos y así poder seguir ofreciendo el regalo más valioso que hemos recibido: Jesucristo, esperanza y vida de nuestros pueblos (cf Aparecida 29).
Bogotá, a veintiún días de octubre de dos mil diez.
Dom EUGÊNE LAMBERT ADRIAN RIXEN, Bispo de Goiás. Presidente Comisión Bíblica y Catequesis do Brasil.Mons.
Mons. ADOLFO EDUARDO JOSÉ BITTSCHI MAYER, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Sucre. Responsable de la Sección de Biblia y Catequesis del Area de Evangelización de la Conferencia Episcopal de Bolivia.
Mons. SEBELIO PERALTA ALVAREZ, Obispo de Villarica. Presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis de Paraguay.
Mons. DIEGO RAFAEL PADRÓN SANCHEZ, Arzobispo de Cumaná. Presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis de Venezuela
Mons. ORLANDO ROMERO CABRERA, Obispo Emérito de Canelones. Director del Dpto. de Catequesis de la Conferencia Episcopal Uruguaya.
Pbro. OSVALDO CESAR NAPOLI, Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Catequesis y Pastoral Bíblica de Argentina
Lic. PEDRO DURAN OSINAGA, colaborador Pastoral del Área de Evangelización. Seccion Biblia y Catequesis de Bolivia.
Irmá ZÉLIA MARIA BATISTA, CF. Asesora Nacional de Catequesis. Conferencia Nacional de Obispos de Brasil.
P. JOSE CARRARO B., SDB. Director Comisión Nacional de Catequesis de Chile
Pbro. FRANCISCO EMILIO MEJIA MONTOYA, Director del Dpto. de Catequesis-Biblia de la Conferencia Episcopal de Colombia.
Sra. GLADYS CARMITA CORONADO NUÑEZ, Responsable – Coordinadora Nacional de Catequesis de Ecuador.
Diác. IGNACIO MEDINA, Miembro Asesor de la Coordinación Nacional de Catequesis de La Conferencia Episcopal de Paraguay.
Hna. ELEANA SALAS CACERES, FMA. Secretaria Ejecutiva Comisión Episcopal de Animación Bíblica, Catequesis y Pastoral Indígena de Perú.
P. ANDRÉ DOMINIEK BOONE VERVUST, SDB. Miembro del Equipo Nacional de Catequesis Uruguaya.
Hna. MARIA IRENE NESI, FMA. Directora del Departamento de Catequesis - SPEV. Experta de la Sección de Catequesis-CELAM
Pbro. JOSE LUIS QUIJANO, Rector Instituto Superior de Catequesis Argentino.
PE. LUIZ ALVES DE LIMA, SDB. Observador y ponente invitado.
Hno. ENRIQUE GARCIA AHUMADA, F.S.C. Experto de la Sección de Catequesis-CELAM.
Hno. BALBINO JUÁREZ, F.M.S. Experto de la Sección de Catequesis-CELAM.
Frei CARLOS RAIMUNDO ROCKENBACH, OFM Cap. Secretario Ejecutivo Dpto. de Misión y Espiritualidad.